miércoles, 11 de abril de 2012

5 Cosas que las plantas hacen mejor que nosotros

Plantas-cinco-cosas-1



Necesitamos más arboles en nuestras ciudades. Pero nuestras ciudades también necesitan transformarse más en arboles.

El otro día escribí un post sobre por qué los ecologistas deben pensar como los pro-atletas, inspirado en parte por el trabajo de Mihaly Csikszentmihalyi acerca de la experiencia óptima o flujo. Al finalizar su libro me quedé impactado por otra observación: que encontrar significado a la vida de un individuo puede ser directamente comparado con el papel de las plantas como "estructuras disipativas–organismos que recogen la energía difusa del sol y la transforma en estructuras sumamente complejas y dinámicas".

Me parece que el reto de construir una comunidad es muy similar. Nosotros como cultura podríamos aprender mucho de algunas acciones básicas que llevan a cabo las plantas.

1. Recoger energía dispersa

Del potencial de Nueva York para recoger la energía solar a un increíble puente solar, sabemos que nuestras comunidades y ciudades podrían llevar a cabo un mejor trabajo de utilización (y conservación) de la energía física que las rodea. Pero por definición, las comunidades también están inundadas de energía psíquica.

Cualquier colectivo de humanos está literalmente lidiando con ideas, ideologías y emociones. Esa energía puede utilizarse para algo bueno o ser abandonada a modo de desperdicio o convirtiéndose en una fuerza destructiva tal y como atestiguamos en los disturbios de Londres del año pasado. Aprendamos a utilizar la energía que tenemos disponible.

Plantas-cinco-cosas-2



2. Encontrar un objetivo

Las plantas crecen hacia la luz. Eso es precisamente lo que hacen, algo que se encuentra literalmente en su genética. Tengan o no los humanos un objetivo predestinado, no hay duda alguna de que también podemos encontrar un objetivo colectivo. Y la búsqueda de la sostenibilidad y resistencia ofrecen grandes oportunidades para que así sea.

Desde la primera ciudad británica que se autoabastece con energía solar hasta un pueblo que se reinventó a sí mimo después de la resistencia y el rock and roll, expresando nuestros objetivos en términos de identidad colectiva creamos un punto de encuentro que une a la gente. Pero para hacerlo debemos valorar la opinión de todos, incluyendo el aprendizaje de personas marginadas para quienes la resiliencia ha sido siempre un modo de vida.

3. Adaptarse y seguir adelante

Cuando las comunidades del algodón de Carolina del Norte se vieron afectadas por el Tratado de Libre Comercio de los Estados Unidos (NAFTA), miles de personas perdieron sus trabajos. Muchos de ellos, sin embargo, no estaban dispuestos a dejar sus empleos sin luchar. El Programa del Algodón de Carolina está actualmente reviviendo toda la industria y demostrando que el algodón orgánico puede funcionar tan bien como los organismos genéticamente modificados en un Estado en el que se había alegado que eso era imposible.

Puede que las plantas crezcan hacia la luz, pero eso no significa que continúen hacia delante a ciegas. Tenemos que aprender a hacer lo mismo.
Plantas-cinco-cosas-3



4. Ser hermosos por dentro y por fuera

Las plantas son cosas sorprendentes, no sólo por crear matices, texturas, formas y colores. En nuestra búsqueda por la sostenibilidad y la resiliencia, debemos perseguir una dedicación similar a la belleza: no como un hermoso comercial o un adorno inútil, sino como un rasgo integrado de nuestros edificios, nuestras calles, nuestros artefactos y nuestras comunidades en general. La forma y la función son las mismas.

5. No ensuciar el lugar en el que comes

Si las plantas contaminaran los suelos en los que crecen y posteriormente consumieran el agua en el que descansan, no durarían demasiado. Lamentablemente, nuestra sociedad sigue únicamente esa trayectoria. Las ciudades y comunidades que imitan a la naturaleza no sólo reducen el impacto alrededor de ellas sino que también contribuyen a la salud de esos recursos. Desde filtrar el agua hasta la crianza de la diversidad biológica, es hora de dejar de pensar en nosotros mismos y en las comunidades en las que vivimos como un látigo sobre el planeta. Hay que comenzar a pensar en cómo podemos ayudarlo a curarse.






No hay comentarios:

Publicar un comentario